sana de comer
No tiene que ser tan difícil
A veces vemos en el supermercado alimentos para niños con empaques muy llamativos y letreros que aseguran que son 100% naturales o que no tienen azúcar, por ejemplo.
A veces estamos tan ocupados con el trajín de la vida diaria y no nos queda tiempo para sentarnos a planear y preparar comidas muy elaboradas. A veces sí nos queda algo de tiempo, pero no tenemos ni idea por dónde empezar, no sabemos qué es realmente bueno ni cómo depurar una cantidad de información que termina por confundirnos. También pasa que nos aburrimos de cocinar siempre las mismas recetas y, cuando queremos probar una nueva, el simple hecho de pensar en volver al supermercado por falta de algún ingrediente acaba con todas las buenas intenciones.
Quiero mostrarte cómo puedes darle una alimentación sana a tu familia sin que nada de esto te lo impida y, sobre todo, sin complicarte la vida. Es cuestión de conocer y apropiarse de algunos trucos, aprender a combinar alimentos, entender etiquetas nutricionales, y sobretodo, a escuchar al cuerpo.
Podemos tomar mejores decisiones
Si le enseñamos a nuestros hijos desde chiquitos que cada cucharada que se llevan a la boca tiene información determinante para su organismo, que el placer de sentirse bien supera a la gratificación inmediata de la comida rápida y algunos productos promocionados por el mercadeo, que todo lo que se ve saludable no lo es necesariamente y que podemos aplicar nuestro propio criterio a la hora de escoger lo que comemos, les estaremos evitando un montón de problemas de salud a futuro.
Cuanto antes empecemos, mejor.
Cocinar en familia
Por lo general, los miembros de una familia terminan alimentándose “más o menos” de forma similar. Lo que se compra en el mercado y lo que se termina preparando en casa es lo que todos comen, si bien no siempre todas las veces. Por eso, con solo transformar la alimentación de una persona en el núcleo familiar, puede cambiarse poco a poco la de todos. Podemos inculcar buenos hábitos a nuestros hijos con el ejemplo, pero también con la práctica, lo que es mucho más fácil y divertido.
Meterse a la cocina en familia a transformar los ingredientes en platos deliciosos es la mejor forma de asegurarse de que todos coman bien y se acostumbren a preguntarse, ¿de dónde viene esto que estoy comiendo? ¿Cómo fue preparado? ¿Qué efecto tendrá en mi organismo? ¿Qué combinaciones me gustan?
Escríbeme para programar tu primera sesión, empecemos a transformar juntas la alimentación de tu familia.