Antes de ser consultora en nutrición había trabajado por casi 20 años en la industria de la moda. Primero, en Estados Unidos, después acá en Colombia donde terminé enfocándome en confección para niños. Durante esos años volvió a coger fuerza el interés que había tenido toda la vida por la alimentación y empecé a investigar sobre nutrición en mis tiempos libres, en gran parte porque quería entender cuál era la mejor forma de alimentar a mis hijas para que crecieran sanas y tuvieran una buena relación con la comida desde chiquitas. En esa búsqueda me di cuenta que existe mucha desinformación sobre los productos alimenticios para niños y quise documentarme más sobre cómo solucionar almuerzos y snacks con comida que fuera rica, pero también sana, sin conservantes, tantos azúcares y otros componentes que, según iba descubriendo, son muy dañinos para la salud.

Poco a poco fui transformando la alimentación de toda mi familia y entendí que mi interés por el tema era mucho más que un hobbie. Quería explorar este campo como una profesión y poder compartir un conocimiento fundado con personas de mi entorno que podrían beneficiarse de una mejor alimentación, pero también con mamás y papás que a veces se sienten abrumados por no saber cómo darle la mejor alimentación a sus hijos, o que creen que se la están dando pero no sienten que funcione.

Obtuve mi diploma de Consultora en Nutrición de la Universidad de Bauman de Berkley, California y una maestría en Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid.

Con estas dos formaciones amplié mi conocimiento en nutrición desde dos aproximaciones: la sabiduría de las pautas de nutrición tradicional, y una aproximación holística, adaptada a una visión más actualizada del poder de los alimentos en el cuerpo humano. Así, trabajo sobre una base en la que se encuentra lo mejor de los dos mundos: el amplio conocimiento de la nutrición “de toda la vida” ajustada a una nueva nutrición mas consciente, mas real y menos prohibitiva según las necesidades de cada persona y cada familia.